Se trata de una compañera cuya pareja está gravemente enferma. Desde hace varios meses, ambos luchan juntos contra el cáncer que él padece y han pasado por diversos tratamientos de quimioterapia y radiación: él como paciente, ella como fiel compañera. Desde el momento en que recibieron el diagnóstico, se propusieron luchar por la vida. Conscientes de que la curación es imposible, decidieron sobrevivir día a día y aprovechar cada instante. Diariamente celebran sus pequeñas conquistas; cuando el enfermo está animado, salen a la calle o ven una película - y supongo que comprenden lo felices que habían sido hasta hace poco sin saberlo.
Unidos en la lucha contra un enemigo que no puede ser batido, resisten la depresión y el desánimo. Han aprendido mucho el uno sobre el otro, y sobre las personas que les rodean. Han experimentado las actitudes, los miedos y los prejuicios sociales ante la enfermedad. Con mucha frecuencia pienso en ellos, deseo de corazón que hoy sea un "día bueno", y trato de aprender de su ejemplo. Son personas así las que mueven el mundo, dando lo mejor de sí en los momentos difíciles.
