sábado, 31 de octubre de 2009

Ejemplos

Hoy quiero rendirle un pequeño homenaje a alguien en quien pienso con muchísima frecuencia. Es una persona de mi entorno con la que (al menos de momento) no he tenido ocasión de tratar lo suficiente como para establecer una relación profunda. Sin embargo, su situación, personalidad y actitud me han impresionado profundamente.

Se trata de una compañera cuya pareja está gravemente enferma. Desde hace varios meses, ambos luchan juntos contra el cáncer que él padece y han pasado por diversos tratamientos de quimioterapia y radiación: él como paciente, ella como fiel compañera. Desde el momento en que recibieron el diagnóstico, se propusieron luchar por la vida. Conscientes de que la curación es imposible, decidieron sobrevivir día a día y aprovechar cada instante. Diariamente celebran sus pequeñas conquistas; cuando el enfermo está animado, salen a la calle o ven una película - y supongo que comprenden lo felices que habían sido hasta hace poco sin saberlo.

Unidos en la lucha contra un enemigo que no puede ser batido, resisten la depresión y el desánimo. Han aprendido mucho el uno sobre el otro, y sobre las personas que les rodean. Han experimentado las actitudes, los miedos y los prejuicios sociales ante la enfermedad. Con mucha frecuencia pienso en ellos, deseo de corazón que hoy sea un "día bueno", y trato de aprender de su ejemplo. Son personas así las que mueven el mundo, dando lo mejor de sí en los momentos difíciles.

martes, 6 de octubre de 2009

Otoño

Aunque oficialmente el otoño llegó hace ya un par de semanas, a mí me ha alcanzado hoy. Cada año hay un día en que, sin saber cómo, soy consciente de que la noche llega mucho más temprano de lo habitual, la humedad cala en los huesos, el fresco se convierte en frío, y la vida parece unos gramos más pesada.

Echo de menos los otoños de España, que (en mi recuerdo) no se presentan por sorpresa, sino pasito a pasito, y nos dejan estampas bellísimas como la que ilustra hoy el blog. Y, sin duda, cambiaría el otoño holandés por el de Finlandia, que sólo he vivido una vez pero que me pareció espectacular, lleno de colores hasta entonces desconocidos (motivo de orgullo para los finlandeses, que tienen una palabra específica, "ruska" para los tonos otoñales).

Desde que resido en Holanda, ésta es la época más difícil del año. Octubre y noviembre parecen alargarse indefinidamente y todo cuesta un poquito más de esfuerzo que el resto del año. Cada diciembre celebro la llegada del invierno, el día en que las noches comienzan a acortarse y, a pesar del frío, se vislumbra en la distancia el retorno de la primavera...